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lunes, 4 de enero de 2016

CAPÍTULO XXVII: despedidas

Jueves, 10 de diciembre de 2015

¡Mi último día madrugando!
Tendríamos sueco a primera pero la profesora decidió en vez de dar clase, sentarse en la cafetería y hablar. Katarina es muy buena profesora, la vamos a echar de menos mucho. Estuvimos hablando sobre como había sido todo y como lo habíamos pasado. 
Cogimos un tren a Estocolmo y fuimos a dar un paseo para despedirnos. Resulta raro echar de menos una ciudad, pero también la voy a echar de menos.

Viernes 11 de noviembre de 2015

Hoy nos encontramos con Juan Carlos, el profesor que se encargó de nosotros para volver a España. Que viésemos a Juan Carlos fue un mal augurio. Fue un golpe de remo para nosotros. Ver a Juan Carlos significaba volver, y nadie quería eso, aún no estaba asimilado de todo.
Estuvimos hablando con el un rato, fuimos a clase de mates para despedirnos de nuestra clase y volvimos a Estocolmo (nótese que no nos queríamos ir). Cenamos por allí y dimos un pequeño paseo. Luego otra vez a casa.

CAPÍTULO XXVI: exámenes y museos

Lunes, 7 de diciembre de 2015

Ya no me acordaba de lo que era ponerse nervioso. Hoy tuvimos que hacer a primera hora un presentación en inglés para clase de inglés. La dichosa presentación de Singapur. No fue tan mal como pensaba que iba a ir, pero creo que se noto mi nerviosismo nada más entrar en la puerta del instituto.
Al acabar la presentación fui directo al aula de francés, donde me esperaba un examen. Yo y una chica de mi clase fuimos los únicos que nos presentamos a hacer el examen. Estuvo bien. Después de la presentación anterior, esto fue una tontería, pero bueno, había que hacerlo. Luego me encontré con los demás que tuvieron que presentar en clase de español de una clase una presentación sobre España. Por último ya nos fuimos a casa.

Martes, 8 de noviembre de 2015

Hoy he de decir que me levanté un poco nervioso otra vez. Teníamos examen de sueco a primera hora. Katarina (la profesora), nos preguntó si queríamos hacerlo otro día, y como es de suponer yo habría dicho que si, pero no, no se que arrebato me dio que decidí que lo mejor era hacer el examen ese día, y, sorprendentemente, no me salió tan mal. 
Al acabar el examen nos encontramos a Emily, una chica canadiense majísima. Nos sacamos unas fotos y nos despedimos de ella para siempre... da pena irse la verdad, pero es lo que toca. Toda la gente que conocimos tal vez, y muy a mi pesar, muy probablemente, no la volvamos a ver en nuestra vida. Y entonces ahí te das cuenta de la experiencia que estás viviendo. Conoces gente y tal vez, solo tal vez, guardes a alguien pero la mayoría se borran en uno, dos o treinta años. 
Luego fuimos a Estocolmo para comer y comprar los últimos regalos, que por cierto, me apuntó en mi agenda mental que cuando viaje me voy a despreocupar totalmente de los regalos, es un estrés comprar regalos. Que si y si no le gusto, que si es muy caro, que si es muy barato. Desde ahora en adelante me voy a dedicar a regalar besos y abrazos.

Miércoles, 9 de diciembre de 2015

Sienta bien despertarse más tarde de lo que te tienes que despertar, aunque solo sean veinte minutos.
Hoy me desperté más tarde porque fuimos de excursión con nuestra clase. Fuimos Saúl y yo solos. Fuimos a un museo y fue el día más aburrido de la historia. Tratamos de escaquearnos de las explicaciones con todos los métodos posibles pero fue misión imposible. Estuvimos todo el día tragándonos explicaciones en sueco.
Cuando por fin acabó nos permitimos el lujo de ir a Karlaplan (barrio rico), comprar una buena tableta de chocolate y comerlo sentados en una plaza. Eso sin duda fue lo mejor del día.

martes, 29 de diciembre de 2015

CAPÍTULO XXV: mercados de navidad

Sábado, 5 de diciembre de 2015

Hoy fui a Estocolmo con Antía, Irina y Saúl. Allí visitamos el museo de historia natural y Skansen, que es una parte de Estocolmo (parecido a un gran barrio donde no vive gente), al que tienes que pagar para entrar y donde hay un mercado navideño.
El primer museo estuvo bien, aunque peor de lo que esperaba. Se trata de un museo enorme de historia natural de Suecia. Hay animales (no supe decantarme entre disecados o de plástico), los cuales habitan en Suecia, así como otras exposiciones.
Skansen es bonito, pero tampoco hay mucho que ver. El mercado de navidad no es nada del otro mundo. Lo único memorable para ver fue el ambiente. Mucha gente andando por las calles de este barrio, entrando y saliendo de las tiendas y con un ambiente festivo y muy alegre. El problema es que no nos pudimos quedar mucho tiempo más, pues como siempre, ya era tarde para el horario sueco.
Entonces nos volvimos. Esta noche cenamos todos juntos en Estocolmo. Estuvo bien. Una vez cenados volvimos cada uno a sus casas y a dormir hasta el día siguiente.

Domingo, 6 de diciembre de 2015

Hoy me pasé el día con la familia. No hicimos más que hablar y pasar el rato. 
Estuvo bien, pero para solo quedar un domingo cuando este transcurriese, me esperaba algo más novedoso.

  

jueves, 17 de diciembre de 2015

CAPÍTULO XXIV: comidas de comedor y idas de luz

Jueves, 3 de diciembre de 2015

Hoy el día transcurrió sin ningún tipo de percance. Fuimos a todas las clases excepto a química que no tuvimos que ir y en mates lo único destacable es que en vez de hacer mates, la profesora nos dijo que hiciésemos otras cosas, con lo que bajamos a la biblioteca a hacer un trabajo. 
Lo único que quiero reseñar del día de hoy es la mala comida del comedor. No entiendo por qué es tan difícil que haya buena comida en los comedores, pero si tengo que destacar el peor comedor en el que he comido es el del instituto en el que estudio aquí en Suecia. Encima vale 20 coronas cada comida (aproximadamente dos euros), lo que me parece un gran timo.

Viernes, 4 de diciembre de 2015

Me encanta tener solamente una clase en toda la mañana. Pero aún me gusta más que a esa clase no vaya la profesora y no tengamos que hacer nada. 
Lo único productivo que hice fue ver una película de Harry Potter con Antía, Saúl e Irina. Después de ver la peli volví a casa y me preguntaron si quería entrar un poco en la sauna, y yo claramente accedí. Pero justo cuando estaba cogiendo las cosas para ir, se apagaron todas las luces y el wifi. Se había ido la luz. Entonces me permití pensar que duraría cinco minutos y esperé. Pero no, duro más de dos horas y media. La cena no estaba hecha con lo que tuvieron que ir los padres a Norrtäljie (a veinte minutos) a coger comida porque no sabían cuanto tiempo íbamos a estar sin luz. Y a mitad de la cena iluminados únicamente con velas, volvió la luz. 
Me dí cuenta que sin electricidad y sin luz todo es mucho más difícil. Entonces me di cuenta que también aquellos que no tienen luz ni electricidad, o aquellos que ni siquiera tienen una casa donde cobijarse, son unos verdaderos valientes y unas personas que no se dan por vencidas muy fácilmente y que luchan todos los días sin saber muy bien que les puede esperar. Y entonces también me fije en la suerte que tengo yo en la vida, y en la suerte tengo por poder viajar y en ese momento lo único que quería era que todo el mundo tuviese las mismas oportunidades sin excepciones.

martes, 8 de diciembre de 2015

CAPÍTULO XXIII: días poco productivos y cuentas atrás

Lunes, 30 de noviembre de 2015

Vaya día... 
Desde que me acosté el día anterior ya sabía que el día siguiente iba a ser pésimo. Me acosté con dolor por todo el cuerpo. No dormí casi nada en toda la noche pero aún así me levanté para ir al instituto. No desayuné nada y lo único que hice fue pasar frío al salir de casa y coger la bici, pues pasada más o menos una hora de viaje decidí bajarme del bus y volver a casa. Estaba enfermo, y claramente fue el viaje en barco el causante de mi estado.
Me pasé la mañana en la cama. Dormí un rato y cuando desperté estaba ya mucho mejor.
La tarde me la pasé en la cama también, pero esta vez leyendo, estuve leyendo toda la tarde, sin exagerar. Y en nada cayó la noche, cené algo y me volví  a la cama. Vaya manera de acabar noviembre...

Martes, 1 de diciembre de 2015

Dormí mucho mejor y me sentí mucho mejor al despertar. Me desperté hasta alegre, pues la profesora de Sueco nos dijo que tenía una reunión y no hacía falta que fuéramos a su clase, que era a primera hora, con lo que no tuve que madrugar tanto como los otros días. 
El resto de la mañana transcurrió como siempre y hasta pude llegar pronto a casa. En contraste con el día de ayer, este, es infinitamente mejor, aunque eso de estar todo el día en la cama nunca está mal de todo.

Miércoles, 2 de diciembre de 2015

Hoy la verdad es que fue un día muy normal. No hicimos gran cosa, más que lo que se hace siempre en clase. La única cosa destacable es que la profesora de inglés sigue enferma y todavía no tuvimos que exponer el trabajo sobre los países de habla inglesa, con lo que lo tenemos que dejar para nuestra última clase de inglés de este intercambio, el lunes. La verdad es que ya me estoy empezando a deprimir por tener que empezar tan pronto la cuenta atrás, pero por otra parte estoy deseando llegar a Lugo y volver a ver a mis amigos y a mi familia de una vez por todas.





viernes, 4 de diciembre de 2015

CAPÍTULO XXII: repeticiones y mareos

Sábado, 28 de noviembre de 2015

El día no amaneció muy prometedor, y la verdad, que yo me lo estaba empezando a creer.
Yo ya sabía de antemano que tal vez me aburriera dado el hecho que íbamos a visitar Saúl, Antía, Irina y yo un par de museos que yo ya había visitado anteriormente.
De todas maneras me levanté y, como la noche anterior había planeado, hice el viaje en los buses sin ningún tipo de percance. 
Los museos fueron uno de "técnica", y otro sobre etnografía asiática. He de decir que me lo pasé como un niño en el primer museo, contradiciendome a mi mismo. Todo con amigos es más divertido. El segundo museo me pareció menos emocionante pero aún así me lo pase bien igual. Hicimos mucho el tonto y raro fue que no nos advirtieran alguno de los empleados de ambos museos que no podíamos seguir así. Ciertamente, me gustó haberme equivocado.

Domingo, 29 de noviembre de 2015

En todo fin de semana siempre tiene que haber un día en el que puedas dormir a tus anchan. En este, ese día fue hoy.
Me desperté tarde y desayuné lo que quise. Hoy me levanté con más alegría que el día anterior, dado que la familia que me acoge me dio la noticia que íbamos a ir en ferry a unas islas filipinas, donde ellos van a veranear. Salimos a eso de la una de la tarde hacia el puerto. Luego subimos al barco y este zarpó. El viaje fue un rollo. No cené casi nada porque el notable oleaje que hacía balancear el barco en todas direcciones me quitó completamente el apetito, a pesar de la buena pinta que tenía el buffet. En el barco me desilusioné un poco ya que me hizo recordar lo bien que me lo pasé con Saúl en nuestro viaje a Finlandia.
Al llegar a las islas el barco atracó y acto seguido volvió a zarpar, resulta que no nos íbamos a bajar en dichas islas, sino que fue una excusa para ir en ferry y comprar en un supermercado llamado "Tax Free" (más barato), que traduje yo como una buena excusa para coger un buen mareo. Aunque el viaje de vuelta fue un poco más llevadero pues el oleaje había amainado un poco, y pasamos el resto de este en el pub del ferry, donde personas unas pocas de personas mayores se pusieron a bailar al son de un piano. 




lunes, 30 de noviembre de 2015

CAPÍTULO XXI: baños de leche

Jueves, 26 de noviembre de 2015

Hoy madrugar no fue un problema, porque, sabiendo que es el único día que sales relativamente temprano y que no tienes clase de química todo se lleva mejor.
La clase de sueco fue muy llevadera. Nos lo pasamos muy bien intentando traducir un texto a español con la notable ayuda de la profesora una vez visto que los primeros intentos provenientes de nosotros fueron un fiasco. Una vez acabado de traducir el texto se acabó la clase. No tuvimos que volver a entrar a un aula hasta la hora de matemáticas (de 9:30 a 12:20). La clase de mates la pasamos entre los malditos números imaginarios que nos tienen locos a Saúl, a Antía y a mi.
Acabamos a la una y media y nos volvimos para casa inmediatamente.

Viernes, 27 de noviembre de 2015

Eso de no tener clase hasta las once menos diez alegra el día a cualquiera.
La clase de matemáticas ya fue desde el principio muy muy rara. Estuvimos esperando Saúl y yo a una Antía que nunca llegó, estaba enferma, desde ese momento supe que el día iba a cambiar rotundamente de la rutina. Esta clase la pasé entre, de nuevo, los números imaginarios e intensas miradas al reloj, que parecía que permanecía inmóvil durante toda la clase. 
Cuando por fin la profesora dijo: ladies and gentlemen, me llené por dentro de un gran alivió, la clase había acabado.
Fuimos inmediatamente al comedor que cerraba pasados diez minutos. El comedor esta casi vacío y estuvimos comiendo con los compañeros de clase. Las empleadas del comedor empezaron a recoger las mesas mientras comíamos, y, de repente, una de las empleadas tropezó muy cerca nuestra vertiendo todo el contenido que llevaba en los vasos sobre Saúl. Saúl quedo empapado por una mezcla de leche y agua. 
Bajo esta nueva circunstancia pensamos que Saúl no podía ir así a clase de gimnasia, pero como vive lejos, solo tenía dos opciones: o ir a cambiarse y perderse la clase de Educación física o estar toda la clase mojando apestando a leche.
Decidimos volver a casa, y yo lo acompañé. Se cambió y volvimos, pero en vez de volver al instituto, fuimos a Estocolmo, la clase ya había acabado y no teníamos nada más. En Estocolmo dimos un paseo con Antía e Irina y volvimos a casa. 
Como dije anteriormente, este día se iba a salir completamente de lo habitual. Fue un día muy raro, con muchos contratiempos y demasiadas emociones diferentes. Al llegar a casa me di cuenta de lo cansado que estaba. En la cama estuve un rato pensando que bien lo había pasado ese día.